Pedro Riaño
El Balón de Oro no se le puede conceder al que más se cambia de peinado, al que más interactúa en las redes sociales, al que más cámara chupa o al que más salta. Esto va de premiar al talento individual puesto al servicio del colectivo en el fútbol. Y en eso Cristiano Ronaldo ni siquiera está entre los mejores, aunque el Real Madrid haya ganado la Champions League ante rivales de pandereta (no se enfrentó a ningun camopeón) o aunque Portugal haya vencido en la Euro 2016, sin Cristiano Ronaldo en la final, ganando un partido sobre siete.
Ni MVP de la Champions ni MVP de la Euro
Cristiano Ronaldo no puede ganar el Balón de Oro porque, aunque su equipo logró la
Champions League, él no apareció en una final en la que el gol de la victoria de su equipo lo marcó
Sergio Ramos en fuera de juego. Y, curiosamente, el MVP de ese partido decisivo fue su compañero
Gareth Bale, no él, de la misma manera que en la final de la
Eurocopa el gol del triunfo lo marcó
Eder y el
MVP de la final fue
Pepe. Y el
MVP de la Eurocopa, Griezmann. Pero
Cristiano salta más. Lo de siempre. Y es que lo habitual de
Cristiano Ronaldo es que desaparezca en los momentos importantes reservándose para sacar pecho ante los modestos. Fuerte ante los débiles, débil frente a los fuertes. Es el sino de su carrera. De hecho la historia confirma que
Cristiano Ronaldo gana todas las finales en las que no hace nada, que para eso están sus compañeros, aunque luego reclama para él los títulos individuales.
Portugal dio la talla cuando perdió de vista a su líder
No hay ninguna razón que justifique el
Balón de Oro para él. Ni siquiera le sirven esta vez los goles.
Luis Suárez marcó más que él durante la temporada 2015-16 y durante el año natural de 2016
Messi también lleva más que él. El tema goles ya no le puntúa.
Y si le quitamos los goles, la vedette portuguesa se queda ne nada.
Cristiano Ronaldo, que lleva siete años en el
Real Madrid y sólo ha ganado una vez la Liga, no entiende de dobletes ni de tripletes, algo que ya empieza a ser habitual en el palmarés de
Leo Messi. Durante 2016 ha forjado su
leyenda Cristiano Ronaldo ante el Wolfsburgo, el Espanyol, el Malmoe o Hungría, lo que le retrata a la perfección.
Si sería un error darle a
Cristiano Ronaldo el
Balón de Oro por la
Champions League después de su nula aportación al juego de su equipo en el partido más importante del torneo, sería igualmente injusto otorgárselo por el triunfo de Portugal en la
Euro 2016. Con
Cristiano Ronaldo liderando a su equipo,
Portugal dio pena. Incapaz de ganar a ninguno de los tres rivales de su grupo (Islandia, Austria y Hungría) y clasificado para octavos en la repesca como peor de los tres terceros que accedían por caridad a la siguiente ronda. Luego, incapaz de ganar a Croacia y Polonia en el tiempo reglamentario. Sólo una victoria, ante Gales, que era una de las cenicientas del torneo. Y en la final, cuando Portugal tuvo que dar la cara ante Francia, ahí se liberó de su líder y ofreció su mejor versión sin la "ayuda" de Cristiano Ronaldo, lo que debió constituir una auténtica bofetada para él: Portugal no le necesitó para ser campeona.
El Balón de Oro al mejor gesticulador
¿Hay que darle el Balón de Oro a
Cristiano Ronaldo por su penosa actuación ante Islandia, Austria, Hungría, Croacia y Polonia? ¿O quizá porque no participó en el triunfo de su equipo en la final? ¿Merece el Balón de Oro por su repertorio de gestos ridículos desde el banquillo en la final tratando de restarle protagonismo a su propio entrenador? ¿Es ese su mérito?
Cristiano Ronaldo saldó la Eurocopa sin marcar más goles que los demás ni brillar por encima de nadie. De hecho
Antoine Griezmann se llevó el galardón al máximo goleador (el doble de goles que Cristiano) y también fue el MVP. Por tanto, si a alguien hay que premiar por la Eurocopa es al delantero del Atlético y no a la vedette portuguesa de los gestos y las polillas.
El precedente de Schevchenko
En 2004 se vivió una Eurocopa mediocre como la de Francia 2016. Grecia ganó en los campos portugueses con un juego vomitivo. Y el Oporto ganó ese año la Champions. El Balón de Oro no fue ni para un griego ni para un portugués del Oporto, sino para
Andrei Schevchenko, el ucraniano que entonces militaba en el Milan. Por tanto, la historia demuestra que cuando una Champions League es de pandereta y cuando una Eurocopa es lamentable y penosa, lo más justo es buscar en otros horizontes. Por ejemplo en quien ha demostrado ser el mejor marcando goles, dando pases de gol y haciendo ganar a su equipo. Por ejemplo.