La temporada es larga y el calendario ofrece una estensa lista de partidos trascendentales en los que la presencia de Cristiano Ronaldo en el equipo del Real Madrid será vital e impresdindible para sacarlos adelante. Por eso, la presencia de Cristiano Ronaldo sobre el césped ayer durante los 90 minutos que duró el Real Madrid-Basilea suena a temeridad.
El pasado año el Real Madrid se vio privado de Cristiano Ronaldo en varios de los últimos y decisivos partidos de la temporada por una sobrecarga muscular que le acompañó hasta el Mundial de Brasil y que le impidió rendir a su mejor nivel allí. Eso fue por el deseo que tiene el jugador portugués por jugar siempre y conocer sus límites en sus registros goleadores.
Pero la experiencia debe servir para anteponer los intereses del equipo a los de Cristiano Ronaldo. El Real Madrid necesita disfrutar del crack portugués especialmente en los partidos decisivos de la temporada y alinearle siempre, incluso mantenerle en el césped cuando el marcador señala un 5-1, es una temeridad que puede costar cara al Real Madrid.
Es loable la profesionalidad del jugador queriendo jugar siempre, pero en partidos como el de ayer, hay que decirle que no.