Fede Peris
Antoni Rossich, un hombre de confianza de Sandro Rosell, al que colocó como director general a su llegada al club, ha sido despedido por Josep Maria Bartomeu, que ha visto en él una fidelidad hacia el ex presidente que no ha mantenido con él. Según una información del diario Ara, Rossich percibió en el último año unos emolumentos que ascienden a un millón y medio de euros, una cifra que no es de mercado y que se contradice con la política de austeridad que el propio Rossich instauró en el club. Bartomeu se lo ha cargado por su elevado coste y por su gestión, ya que le hace responsable de diversos "marrones" en los que se ha visto involucrado el club de forma innecesaria en los últimos años, especialmente por el asunto del castigo de la FIFA al club por su política de cantera.
Rossich tenía blindado su contrato. Cobraba un salario base de 400.000 euros anuales y un bonus en función de los resultados económicos del club. Pero también se aseguró con Rosell que, en caso de despido, cobraría íntegramente lo establecido en su contrato hasta junio de 2016. Así que a Josep Maria Bartomeu le va a salir cara la broma de Rossich, el hombre que presumía de hacer fotocopias en blanco y negro para ahorrar. Rossich es el mismo que intentó prohibir en el Camp Nou la entrada de cascos a los que acudían en moto. También fue el que decidió prohibir la entrada de los niños si no tenían el carné de socio y se convirtió en un personaje sumamente antipático entre los empleados del club por su afición al despido de trabajadores. Tampoco estaba bien visto entre los directivos, a los que retiró las tarjetas de crédito a nombre del club.