“Cristiano nos encarga que su figura esté impecable”, admitió Gonzalo Presa en la SER. El ego del delantero portugués no tiene límite alguno y este hecho lo demuestra por enésima vez. El director de comunicación del Museo de Cera de Madrid añadió que Cristiano "envía a su propio peluquero para que peine a su figura una vez al mes".
No vaya a ser que el muñeco de cera se despeine. Cristiano está obsesionado con su imagen y esta obsesión le lleva al límite de la esquizofrenia. No es una persona que lleve bien la fama y la notoriedad que tiene, ya que ha protagonizado algún que otro episodio polémico en los terrenos de juego menospreciando a compañeros de profesión.