El Madrid tiene memoria selectiva con Paradas Romero

 Pero cuando les tocan a los suyos la cosa cambia. Se atreven a decir que el colegiado buscaba perjudicar al Real Madrid, cuando unas semanas antes aseguraban que el árbitro había actuado correctamente cuando anuló los goles legales de Alexis Sánchez o dio algún que otro gol ilegal a Osasuna en el Sadar en el partido de Liga que enfrentó a rojillos y azulgranas. Recordemos cuáles fueron los errores más clamorosos que desde aquí mismo encontramos en aquel partido y que reflejamos en nuestra desaparecida sección "Con el dedo en el ojo":

ERROR - Como decíamos, en el minuto 8 Alexis Sánchez ha visto como le anulaban un gol más que legal cuando el Barça solo perdía por 1-0. Paradas Romero ha empezado a hacer de las suyas. Y decimos Paradas Romero porque su asistente no ha levantado el banderín, con lo que ha visto la legalidad de la jugada.

ERROR - El colegiado concede un gol a Osasuna cuando los "rojillos" vencían por 1-0. Raúl García recibe en la frontal y abre para Cejudo que centra para que Lekic marque el segundo. Gol que no ha debido subir al marcador ya que García estaba en un claro fuera de juego.

ERROR - En el minuto 80 el colegiado ha anulado el segundo gol a Alexis. Sergio Roberto no toca el balón en el centro de Leo, por lo que el gol debió subir al marcador.

ERROR - Cuando se ha entrado en los últimos cinco minutos del partido, el colegiado ha permitido a Osasuna perder todo el tiempo que ha querido sin inmutarse. Con el Barça no ha sido tan benevolente en cuanto a las tarjetas ya que le ha mostrado dos a Valdés y Mascherano por protestar. 

 Desde luego, fue una de las actuaciones más lamentables de la historia de la Liga y de las peores de esta, la más manipulada desde que se creó esta competición. Eso sí, cuando favorece al Real Madrid todo marcha sobre la normalidad. No es así cuando los "perjudicados" son ellos. En este sentido, deberían darse cuenta que nunca fueron boicoteados, al contrario: el colegiado debería haber sido más duro con ellos y, sobre todo, el Comité, que no tuvo miramientos en el momento de perdonar a los jugadores blancos e imponerles las mínimas sanciones.

 

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