Fede Peris
Mientras
Florentino Pérez se apresta a solucionar a su manera los impedimentos que distancian su proyecto del
nuevo Bernabéu de las exigencias municipales y mientras los medios afines y adictos al baño y masaje pregonan que el nuevo Bernabéu será la envidia del mundo mundial, lo cierto es que el nuevo coliseo madridista seguirá quedándose
pequeño en la comparación con el
Camp Nou.
Mientras
el Nou Camp Nou aumentará su aforo y pasará de los 98.772 a los 105.000 espectadores, el Nuevo Santiago Bernabéu pasará de las 81.044 plazas oficiales que tiene ahora a 78.000. Es decir, 27.000 plazas menos que el Camp Nou. O sea, que será la envidia del mundo mundial, pero con 27.000 plazas menos que el santuario barcelonista. Cuestión de grandeza y de servicio a los socios y aficionados.
Florentino Pérez ha salido perdiendo con el cambio de gobierno en la alcaldía de Madrid. La ex alcaldesa
Ana Botella era más favorable a aceptar los deseos del presidente madridista, que ahora ha chocado con
Manuela Carmena y su exigencia de cumplir con todas las normativas urbanísticas. Lo cierto es que el Bernabéu excede en altura los límites marcados por la normativa municipal y deberá reducir en unas 2.500 plazas su aforo actual. El plan de Florentino Pérez pasaba por aumentar el aforo hasta 88.000 plazas (7.000 más que en la actualidad), un dato que no permitirá rebajar el coste total de las obras (400 millones), así como tampoco existe luz verde para la construcción de un hotel que con el gobierno del PP se daba por hecho en el Real Madrid.
La realidad es que mientras el Camp Nou, actualmente el estadio más grande de España, crecerá con su remodelación, el Bernabéu será aun más pequeño. Las diferencias entre el Barça y el real Madrid se agrandan. También en sus estadios. La ventaja del Camp Nou es que se construyó en sus orígenes con visión de futuro y , a diferencia del Bernabéu, un tercio de su volumen se encuentra bajo tierra, lo que le permite crecer hacia arriba sin incumplir la normativa.