No delega
El 7 de marzo de 2007 nos enterábamos de que Joan Laporta era esperado en Egipto para firmar allí un amistoso con el que el FC Barcelona prestigiaría la celebración del centenario del Al-Ahli. Evidentemente, Laporta debía cerrar la operación en persona atendiendo a su necesidad vital de subirse a los aviones. Asuntos menores como éste no los podía o sabía delegar en sus directivos o entre sus empleados. Y él solito firmó este amistoso para una fecha inoportuna, el 24 de abril, dos días después de la disputa de la jornada 31 en Villarreal, cuando el equipo se estaba jugando una liga que tenía ganada y que acabó perdiendo. Seguro que distracciones como este amistoso no ayudaron en nada a la concentración que debían mantener los jugadores para lograr su objetivo.
En el programa oficial de este desplazamiento no se contemplaba la posibilidad de hacer turismo visitando las Pirámides. Sin embargo, la expedición no perdió la oportunidad de acercarse a esta maravilla arquitectónica colmando el interés de los jugadores y de los directivos desplazados, que en esta ocasión estarían encabezados por Alfons Godall. Era la manera de preparar el sprint final de la liga. También se desplazaron Albert Perrín, naturalmente, Joan Boix y Txiki Begiristain. Perderían la liga, pero visitaron las Pirámides. Todo no se podía tener.
¿Qué pintaba el Barça en El Cairo?
Nadie entendía este bolo inoportuno por tierras egipcias. El capitán del Valencia, Albelda, hablaba de “locura” porque el Barça se estaba jugando la liga por esas fechas. Y Raúl Bravo, futbolista del Real Madrid, estaba encantado: “Este Barça no es el mismo de los últimos años y con estos viajes pueden perjudicar el estado físico de los jugadores. Por mí, mejor que hagan estos viajes nuestros rivales, porque luego les pueden pasar factura”. Lo cierto es que hasta ese momento el equipo blaugrana, que había disfrutado del liderato durante la mayor parte del campeonato, sólo había ganado un partido en campo contrario en toda la segunda vuelta mientras Real Madrid y Sevilla, descartados a mitad de torneo, estaban ya a un paso de atraparlo. El Barça no podía permitirse ya más errores. Y mientras se distraía en El Cairo, el Espanyol se jugaba su acceso a la final de la UEFA ante el Werder Bremen, y Manchester United y Milan se ventilaban una semifinal de la Champions League.
El objetivo oficial del viaje a Egipto era reforzar la imagen del club en África. De haberse ganado el derecho a disputar esa semifinal en Old Trafford seguro que la imagen del Barça hubiera subido más enteros en el mercado africano y hubiera hecho más felices a los aficionados barcelonistas de todo el mundo. Y también a sus más fieles locales. Por primera vez en la historia de la Televisió de Catalunya, un partido del Barça tuvo menor audiencia que otro programado a la misma hora en una cadena diferente. Al Ahly y Barça convocaron ante el televisor en TV3 a 552.000 espectadores (17,9%) mientras que el Manchester-Milan, ofrecido por Antena 3, captó la atención en Cataluña de 560.000 personas (18,1%). Buscando socios en Japón y en el rincón más alejado del mundo, el Barça empezaba a perder interés entre sus aficionados de toda la vida, los de aquí. Pero privaba el interés económico de un bolo de un millón y medio de euros que serviría para ayudar a cuadrar el balance y permitiría a Soriano sacar pecho. Para ello, el equipo vivió una semana nada ideal si se trataba de preparar un compromiso oficial liguero: lunes, entrenamiento suave, avión y viaje de cuatro horas a El Cairo; martes, visita turística a las Pirámides por la mañana y partido-pachanga por la noche; miércoles, viaje de vuelta y fiesta; jueves, entrenamiento suave de una hora. Sobre el tema razonaba Domènec Garcia en infoesports.com: “un par de sesiones preparatorias habrá hecho el Barça esta semana antes de enfrentarse al Levante, el domingo en el Camp Nou. Además, el jueves Eto'o tuvo un acto de Ford; Ronaldinho, una promoción en el hotel Arts, Messi, una presentación de Adidas en el Godó, etc. No nos parece, pues, que Rijkaard esté preparando como es debido esta recta final de temporada, en la que las fuerzas físicas de los jugadores parecen ya muy escasas como para resistir los compromisos que aún quedan en la Liga y la Copa”. Es fácil entender que luego pasara lo que pasó, que el Barça se dejó escapar una liga que tenía ganada. Y no sería por falta de unos avisos que, seguramente, fueron entendidos por Laporta como críticas destructivas mientras él vivía instalado en la autocomplacencia y disfrutando de las palmas incondicionales de sus allegados.
Informándose sobre el fútbol base
Cristina Cubero, en su sección La Hacker, se refería al directivo Perrín: “Entre los expedicionarios a El Cairo estaba Albert Perrín, lo cual ya es de un cinismo sobrecogedor teniendo en cuenta cómo está el filial y que el directivo en cuestión es responsable del fútbol base. Sin duda ha viajado para tener así la posibilidad de ver jugar a Giovani, Bojan y Olmo, porque de otro modo no conocería ni su aspecto. El hombre tiene dificultades para situar el Mini en un mapa. Sant Joan Despí ya es, prácticamente, el extranjero. Durante el vuelo tuvo tiempo para informarse de qué juega cada uno. También viajó Txiki Begiristain. Sólo faltaba Laporta para completar el grupo que unas semanas atrás ya estuvo en el país de las pirámides concertando el partido. ¿Era preciso tanto despliegue?”. Poco les importaba que Mundo Deportivo pudiese cuestionarse tan absurdo despliegue. Preguntas como ésta llevaron a Laporta a quejarse de que el Grupo Godó le tenía ganas. Como si la culpa del despliegue fuera del Grupo Godó.
No habrá equipo en la MLS
Hacía apenas unos meses la posibilidad de que el FC Barcelona creara una franquicia en la Major Soccer League estadounidense movilizó a la plena mayor de la directiva, con el presidente a la cabeza, para estudiar el asunto sobre el terreno norteamericano. Pues bien, Ferran Soriano admitía la inutilidad de los gastos de avión, hoteles, dietas y demás que soportó el club para que unos cuantos de sus representantes se dieran una vuelta por San Diego y Dallas. Lo vendieron muy bien, eso sí: estamos negociando. Una vez fuera del club Soriano y con Oliver cortando el bacalao, Laporta recuperó la idea con renovados bríos y cambio de destino: Miami en lugar de Nueva York. Es evidente que el tema del equipo americano significaba un punto de desencuentro entre Soriano y Laporta y es obvio también que Laporta tenía en este proyecto algo más que ilusión.
Amistoso en Pretoria
Consumado el fracaso de la temporada, la directiva se sacó de la manga un último amistoso nada menos que en Pretoria, Sudáfrica, un día antes de empezar las vacaciones y para acabar de exprimir a la plantilla. Esta vez Laporta y todos sus directivos se borraron del viaje. Alfons Godall dejó su plaza a última hora a Albert Perrín, el incansable, que quedó al frente de la tropa. Se llevó a su amigo Jacint Borràs, que seguía haciendo méritos para ser directivo. Pobre representación. Y eso que a Laporta le esperaban en Swazilandia, tal y como prometió, con varios jugadores del primer equipo. También le esperaban las autoridades de UNICEF en Sudáfrica. Sorprende porque el presidente había expresado en la película FC Barcelona Confidencial la ilusión que le haría jugar en Sudáfrica para ser recibido por Nelson Mandela. A la hora de la verdad, ni la caridad en Swazilandia ni Mandela demostraron tener suficiente gancho como para engrescar en el viaje a la plana mayor de la directiva. No eran buenas fechas, con las vacaciones a la vuelta de la esquina. Ningún aficionado se atrevió a viajar con el equipo en un avión en el que sobraban 500 plazas: 60 pasajeros en 68 filas.
A Thuram no le gustaban las giras
“La gira por Asia no es buena para el equipo”, decía Thuram el 1 de agosto de 2007. "Seguramente no es una cosa buena ir a Asia por la preparación del equipo, pero el fútbol es así”. Zambrotta coincidía: “Lo mejor para los jugadores sería quedarse en Barcelona y preparar bien la temporada”. Y Oleguer se manifestaba en términos parecidos: “No es la mejor forma de trabajar físicamente, pero el club quiere vender su imagen a todo el mundo”. Al presidente le faltó tiempo para responder: “A los que debaten si las giras son o no convenientes yo siempre les recuerdo que hace dos años hicimos una gira por Asia y luego ganamos la Liga y la Champions”. A Thuram no le debían gustar las giras porque a la edad que ya tenía cuando lo fichó Txiki ya no estaba para grandes alardes.
Consenso
"Las giras siempre las pactamos con los técnicos y ésta no ha sido una excepción. Hemos reformado el formato. De la experiencia y los errores se aprende", admitía Marc Ingla. Cuatro años después seguían cometiendo errores y aprendiendo. Y allí, a Asia, se iban en el verano de 2007 los mismos que no se dignaron a asistir a la recepción de Mandela. El presidente y familia, sus dos vicepresidentes principales, Soriano e Ingla, el fiel Perrín y el nuevo viajero Jacint Borràs. Estaba claro que les hacía más gracia viajar por Asia que ir a ver a Mandela. También viajó el amigo Enric Masip, responsable del balonmano, en compañía de su esposa y de su hijo.
El médico, de vacaciones
El 3 de agosto de 2007 Sport informaba sobre la incorporación de un nuevo médico a la gira: Jordi Marcos, dado que Ricard Pruna debía viajar a Madrid con Bojan Krkic, y el otro médico, Antoni Tramullas, el amigo de Cruyff, estaba de vacaciones. Buen momento para hacer vacaciones.
Gran capacidad de trabajo
Toni Frieros, de Sport, veía el 26 de octubre de 2007 mucha capacidad de trabajo en la pasión viajera del presidente: “Han pasado tres años y Joan Laporta continúa viviendo a un ritmo vertiginoso, sometido a un desgaste físico tremendo por querer llevar sus obligaciones como presidente hasta sus últimas consecuencias. Sí, sí, ya sé que está en el cargo porque él ha querido, que nadie le ha obligado. Y también que es una responsabilidad no remunerada y sometida a todo tipo de presiones. Cuando Joan Laporta dijo que le dedicaría al Barça los mejores años de su vida, incluso robándole horas a su familia y a su despacho profesional, lo decía en serio. Más allá de si cae mejor o peor, de si acierta o de si mete la pata, de si es un buen presidente o no, de si actúa guiado por el ego o por la responsabilidad, a Laporta nadie podrá negarle la pasión y la capacidad de trabajo que pone en su tarea de presidir el FC Barcelona con el mayor rigor posible. [...] Hay que tener mucha fuerza de voluntad y capacidad física para darse estas palizas. Sus enemigos dirán que lo hace para beneficio propio. Yo digo que podría vivir mucho mejor y no lo hace…”. Efectivamente, nadie le pidió que convirtiera al club en una ONG que obligara al presidente a dar vueltas y más vueltas por el mundo. Nadie le pidió que viajara para firmar los escenarios de la pretemporada. Ni para contratar los bolos del primer equipo. Nadie le pidió que fuera a ver en directo a la selección de Brasil cuando el tema ya estaba cubierto por otro directivo. Ni que fuera a Nueva York, a la sede de la ONU, a leer un manifiesto cuando por esas fechas el presidente de la ONU estaba en Madrid y podía haberse evitado el desplazamiento. Nadie le pidió tampoco que representara él personalmente al club en la UEFA, la FIFA o el G-14 cuando en muchos casos los otros grandes enviaban a ejecutivos cualificados. Nadie le pidió que negociara personalmente los fichajes. Nadie le pidió muchas cosas que hizo por real decreto, como decidir por su cuenta temas que merecerían la aprobación o como mínimo la consulta a los propietarios del club. Yo no sé si el sentido de sus viajes hay que buscarlo en su propio beneficio, lo que sí parece evidente es que para él vivir ha dependido en buena parte de coger el avión. Por tanto, dejar de volar no significaba en su caso vivir mejor.
Nuevo viaje a Argentina
Mundo Deportivo informaba el 15 de noviembre de 2007 de que “Txiki Begiristain viajó en la noche de ayer rumbo a Argentina para visitar la escuela del Atlético Luján, el club con el que el FC Barcelona firmó un convenio a inicios de 2007 para captar talentos futbolísticos. El secretario técnico asistirá a un amistoso entre el citado equipo y el Independiente de Avellaneda para comprobar de cerca la calidad de los jóvenes del Luján. Por su parte, Joan Laporta también cruzará el charco el sábado por la noche y se quedará en Argentina unos tres o cuatro días. El presidente y Txiki están invitados a la fiesta de despedida de Mauricio Macri, presidente de Boca Juniors, antes de convertirse en alcalde de Buenos Aires”.
El que había prometido dedicarle al club los mejores años de su vida cumplía su promesa viajando. Su apretada agenda le obligaba a sacrificarse y pasar semanas enteras fuera de Barcelona mientras los problemas se iban amontonando en la puerta de su despacho en el Camp Nou.
Perrín no consta como viajero oficial, pero viaja
El presidente aprovechó la invitación de su amigo Mauricio Macri para inspeccionar in situ los progresos de ‘La Masia’ bonaerense del club Atlético Luján. Y Albert Perrín, cesado de sus funciones como directivo titular del fútbol base apenas un mes antes, no se perdía la ocasión de marcarse otro viajecito al Nuevo Mundo estrenando su nueva responsabilidad de directivo encargado de las relaciones del club con UEFA y FIFA. ¿Qué tendrían que ver las relaciones con la UEFA y la FIFA con el viajecito a Argentina para visitar un centro de alto rendimiento para jóvenes promesas y asistir a la fiesta de despedida de Macri de Boca Juniors? Perrín no apareció como expedicionario oficial en los medios de comunicación catalanes hasta que una foto delató su presencia en Argentina. ¿A alguien le avergonzaba la presencia de Perrín al otro lado del “Charco”? ¿Qué interés existía por ocultar su presencia en Argentina? Hasta ese momento, los viajeros oficiales eran Laporta y Txiki Begiristain. Curiosamente, el nuevo responsable del fútbol base, Rafael Yuste, no fue invitado al viaje.
Sport describía así las instalaciones visitadas por la comitiva blaugrana: “Entre los 200 jóvenes que se entrenan en las instalaciones, hay 20 que se hospedan en La Masia. Se levantan a las seis de la mañana, desayunan y un autocar los lleva al colegio. Regresan al mediodía, almuerzan y se entrenan por las tardes. Luego reciben clases de apoyo escolar y tienen actividades recreativas. Están cuidados por un equipo de nutricionistas, médicos, entrenadores, psicólogos, maestros, abogados y empleados de lavandería. El rector es un ex juez de menores. Durante el fin de semana juegan los partidos”. No iban a ver a Mandela, pero se preocupaban por los niños argentinos. No montaban escuelas de fútbol en Cataluña, pero se volcaban para que a los niños argentinos no les faltara de nada. Y a fecha de hoy, nada se sabe sobre algún proyecto de crack nacido en la escuela argentina con argumentos para triunfar en el Barça.
Admirador de Macri
En la fiesta de despedida de Macri, a la que según Sport sólo asistieron Laporta y Txiki (no constaba Perrín, el responsable de relaciones con UEFA y FIFA), el presidente blaugrana afirmó que “Siempre estaré agradecido a Mauricio por sus consejos. Cuando los he seguido siempre he acertado. Para mí es una referencia, lo considero un amigo. Ha sido presidente en la mejor etapa de la historia de Boca y en parte se debe a él. Es una gran persona y empresario”. Resultaba enternecedor comprobar cómo pudieron llegar a intimar los dos presidentes con tan poco contacto. Macri se unía al gran Johan en el altar de los gurús de Laporta: por sus consejos y porque también dirigió a Boca en su mejor época, una apreciación harto discutible. Pero Macri dejaba Boca para convertirse en alcalde de Buenos Aires, y eso para Laporta era motivo de admiración o de imitación. Luego se supo que a la fiesta asistió también el amigo Joan Patsy, el enlace de Laporta con Macri, con Cruyff, con Uzbekistán y con quien hiciera falta.
Viaje a Lyon
El 28 de noviembre de 2007 la Champions League llevaba al Barça a Lyon. Marc Ingla estrenaba su nuevo cargo de responsable máximo de la parcela deportiva, pero no estuvo solo. Nueve directivos ocuparon el palco lionés: Soriano, Godall, Vicens, Boix, Rovira, Murtra y Cubells (el responsable del baloncesto mostraba mucho interés por el partido), Borràs (sus obligaciones con las peñas le dejaban tiempo libre para los viajes) y, por supuesto, Perrín, siempre dispuesto a cualquier desplazamiento con tal de dedicarle al club los mejores años de su vida.
Jet privado a Glasgow
En febrero de 2008 el Barça viajaba a Glasgow. Al frente de la expedición figuraban Ingla, Txiki Begiristain y los directivos Joan Boix, Albert Perrín y Jacint Borràs. Joan Laporta se incorporó en jet privado a la expedición la misma mañana del partido para poder acudir a la comida de directivas organizada en un restaurante de Glasgow. Sobre la financiación del vuelo privado nunca se dieron explicaciones.
Borràs cambia las peñas por la Champions
El 31 de marzo de 2008 nos enterábamos de que el directivo responsable de la parcela de las peñas, Jacint Borràs, viajaba junto a Ingla y Perrín con el primer equipo a Alemania para presenciar el partido de la Champions League que enfrentaba al Barcelona con el Schalke 04 a cinco días de la organización de la XXXI Trobada Mundial de Penyes en l´Hospitalet en la que se esperaba la asistencia de 1.500 peñistas. E-noticies.com informaba de que “Borràs no ha podido atender este lunes las peñas que solicitan una información personalizada. Según informa el propio FC Barcelona, Borràs recibe las Peñas los lunes y los miércoles, entre las 17 y las 19 horas. Como Borràs ha viajado a Alemania, este lunes no ha podido reunirse con ninguna peña”. Parece evidente que pudiendo darse un paseo por Alemania difrutando de los mejores años de su vida, Borràs no estaba dispuesto a perder el tiempo con las peñas.
13 directivos viajan a Old Trafford
La plana mayor de la directiva se desplazó a Manchester con el primer equipo para asistir en directo a la semifinal de la Champions League de 2008. Sólo 5 directivos se quedaron en Barcelona (Godall, Vicens, Ferrer, Murtra y Castro). Además del presidente viajaron Ingla, Cambra, Boix, Vives-Fierro, Perrín, Yuste, Vilaseca y Borràs. El mismo día del partido volaron a Manchester Soriano, Cubells, Rovira y Franquesa.
Y en el Bernabéu sólo faltaron cuatro
En mayo de 2008 sólo cuatro directivos se perdieron en el Bernabéu el pasillo que los jugadores del FC Barcelona le hicieron a los del Real Madrid, ya campeones de liga. En el palco madridista pudieron relacionarse con personajes como Flavio Briatore o Jaime de Marichalar. Un viaje interesante que merecía ser aprovechado. Los únicos ausentes: Godall, Cubells, Ferrer y Murtra.
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