No es que Guardiola dude de la calidad del futbolista alemán de origen turco. Sucede que considera que su posición está bien cubierta en el Barça y que las prioridades tienen que ser otras.
El fichaje de Özil, que se cerraría por 10 millones más variables, supondría para el FC Barcelona la posibilidad de incorporar a uno de los futbolistas con más futuro del panorama internacional. Sin embargo, para Guardiola las prioridades son otras: un centrocampista defensivo que venga a cubrir la baja de Touré y un central.
El problema de Özil es que en el Barcelona las posiciones de delante ya están adjudicadas a priori. Busquets, Xavi, Iniesta, Messi y Villa cuentan con la confianza del técnico. Sólo queda una plaza libre por la que tendrán que luchar Ibrahimovic, Bojan, Pedro y Jeffren. Si Özil se incorporara al Barça tendría que luchar por esa plaza. En cambio, Busquets no tiene suplente y el tándem Puyol-Piqué sólo tiene a Milito como alternativa.
Así las cosas, pese a estar apalabrado el fichaje de Özil, lo más probable es que Guardiola le sugiera a la directiva blaugrana que guarde ese dinero para afrontar el fichaje de otros jugadores que a día de hoy son más necesarios para el Barcelona. Por ejemplo, Mascherano.