El genial centrocampista del Barcelona marcó el gol decisivo para eliminar al Milan de la Champions y se chupó el dedo. Iniesta dedicaba el 3-1 del partido a su hija Valeria que celebraba justamente su primer año.
A la pequeña Valeria ya le ha dedicado ya varios goles con este gesto característico: antes del nacimiento, una vez en este mundo, incluso se lo dedicó el pasado sábado cuando marcó ante el Athletic. Contra el Milan no podía fallar y no lo hizo.
A pesar de que Valeria todavía no es consciente de estos gestos de su padre, seguro que ya se encargarán de que jamás olvide este 3 de abril de 2012, el día en el que sopló su primera vela.