Lo más sorprendente es que Di Stéfano recuerda partidos callejeros con los chicos de su barrio cuando era un niño en los que, quizá, podría haber compartido equipo (o rivalidad) con el Papa: "A lo mejor el Papa fue alguno de los chicos con los que yo jugaba a la pelota en la calle. En el barrio se armaban verdaderos encuentros de fútbol de todos contra todos hasta que oscurecía".
¿Se imaginan al Papa realizándole una dura entrada a Di Stéfano o viceversa? La escena tendría lo suyo. Sin embargo, el presidente de honor del Real Madrid no llega a recordar del todo: "Habría que preguntárselo a él, porque en aquella época el famoso era yo, pues desde muy chico, al pertenecer a la cantera de River Plate, todos me conocían".
No descarten que, en el futuro, haya algún encuentro entre el Papa y Di Stéfano. Y muy ameno y cercano, seguro. La nacionalidad une. Y el fútbol, sobre todo.