Por culpa de este conflicto, las dos escuelas que dirigen Ivan Piñol y Jordi Gratacós, tuvieron que suspender su actividad. El último día que permanecieron abiertas fue el miércoles. Desde entonces la revuelta popular ha crecido sin medida.
Incluso las comunicaciones por internet y por telefonía móvil han sido saboteadas y la situación se ha vuelto muy peligrosa. La última cifra conocida constaba de 18 muertos.
Ambos directores han sido trasladados a Barcelona como medida de precaución y de momento las dos escuelas permanecerán cerradas hasta que la situacióon mejore.