Fede Peris
Se sabe que Luis Enrique se puso como una moto cuando Javier Mascherano le dijo hace unos días que tenía la intención de dejar el Barça a final de temporada. Luis Enrique intentó convencerle y hacerle cambiar de opinion, y le prometió y juró que, aunque llegue un central a la plantilla este verano, las plazas de centrales en el Barça están adjudicadas. Una es para Gerard Piqué. La otra es suya.
La causa de su decisión de aceptar un ofrecimiento de la Juventus para jugar allí los próximos tres años no obedece a razones deportivas. En ningún otro equipo Mascherano sería más feliz. Tampoco se debe a cuestiones familiares. Su mujer y sus hijos son felices en Barcelona y están plenamente adaptados a la vida barcelonesa. La última versión que circula por los mentideros del entorno del FC Barcelona justifica la decisión de marcharse de Mascherano en sus problemas judiciales con Hacienda.
Mascherano fue condenado hace unos meses a un año de cárcel por diversas irregularidades detectadas en sus declaraciones fiscales. Al ser su primer delito penal y afrontando una pena inferior a dos años, Mascherano no ha tenido que ingresar en prisión, aunque sí esta expuesto a vivir esta experiencia si vuelve a reincidir en un problema similar. La amenaza está ahí y tiene preocupado a Mascherano, que habría decidido tomar el camino de enmedio, aceptar la oferta de la Juventus, hacer las maletas y marchar con los suyos y con la música a otra parte.
Mascherano tiene contrato en vigor con el Barça hasta 2018 y una cláusula de rescisión de 100 millones a la que el Barcelona tiene previsto agarrarse para sacar un beneficio de su marcha forzando el pase de Paulo Dybala al Camp Nou.
Es la versión que circula por los despachos del Camp Nou, en donde se descarta rotundamente que Mascherano desee abandonar el Barça por razones deportivas.