¿Y ESTO NO ES PENALTI?
El barcelonismo tiene motivos fundados para quejarse por la actuación en el
clásico de
Hernández Hernández, un colegiado novato en estas lides al que le vino muy grande el partido. En diversas fases del
clásico pudo oírse a un sector de la afición del Camp Nou gritar aquello de:
"Manos arriba, esto es un atraco". Estando el
Real Madrid por medio no resulta extraño que el colegiado se equivocara a su favor y en contra del
Barça.
Se queja el aparato de propaganda mediática del madridismo de que el gol de
Gareth Bale debió haber subido al marcador, aunque las imágenes demuestran con claridad que el jugador galés se apoya en el salto sobre
Jordi Alba, al que incluso llega a derribar.
Ese fue "el error" de
Hernández Hernández en contra del
Real Madrid. Contra el
FC Barcelona tuvo más de uno, de dos y de tres. Por un lado, se negó a ver las faltas que le hacía la defensa blanca a
Neymar optando por dar por sentado que siempre hacía teatro. A cambio, cayó en todas las
trampas que le tendieron
Pepe y Cristiano Ronaldo haciendo teatro y simulando faltas que no lo eran. El colmo llegó cuando enseñó tarjeta a
Suárez por un forcejeo con
Pepe, que se revolcó por el suelo como sólo él sabe hacer. La mano de
Suárez acabó impactando en el madridista, que se encontraba detrás y al que no veía. Esa misma jugada, calcada, protagonizada por
Sergio Ramos impactando sobre la cara de
Alves fue considerada por
Hernández Hernández como involuntaria. Es la diferencia entre vestir de blaugrana o de blanco.
El atraco al Barça
El colegiado abortó dos jugadas de contrataque claro del Barcelona con opciones de gol por entender que había fuera de juego. Las imágenes muestran que se equivocó... en contra del
Barça. De la misma manera que se equivocó al no sancionar como
penalti una zancadilla de Sergio Ramos sobre Messi dentro del área. Y no pitó penalti
para no perjudicar al Real Madrid y para no echar del campo a
Sergio Ramos, que ya había visto una amarilla. Desde la primera amarilla,
Ramos se ganó la expulsión en el minuto 23, en la jugada del penalti. Pero luego hubo un
codazo a Suárez y un
manotazo a Alves del mismo
Sergio Ramos que el árbitro pasó por alto, que sólo abandonó el campo cinco minutos antes de acabar el partido.
Al final,
Sergio Ramos jugó una hora de regalo gracias a la generosidad arbitral. Es evidente que el partido habría sido otro si el Madrid lo afronta con diez hombres desde el minuto 25 y, también, si llega a sancionar con penalti la zancadilla clara y descarada de
Sergio Ramos a Messi. Son las cosas típicas que suceden cuando el
Real Madrid anda por medio. Es un tema ya histórico que no debe sorprender a nadie a estas alturas de la película.