Y añade: "No debería tratarse de quién es más chulo, pero así se están comportando los dos, el entrenador y el crack y, como es normal en una situación de crisis como la que está viviendo el Barça, la porquería rebasa por las alcantarillas y por ahora se está frenando el 'catacrak' gracias a la intervención de los pesos pesados de la plantilla. Messi hizo ayer el gesto de ir la Ciudad Deportiva de Sant Joan Despí, eso sí, pero después de que recibiera una llamada y no del entrenador, sino de un compañero pidiéndole por favor que recapacitara. Es el vestuario el que está padeciendo la mala relación entre Luis Enrique y el jugador y el que achica aguas como puede".
O lo que es lo mismo. El problema de Messi ya no es con la directiva, con su entrenador o con Hacienda. Messi ha perdido el respeto y la consideración de sus compañeros, por eso su marcha del Barcelona está más que cantada. Por eso su padre tontea con el Chelsea, porque su situación en el Camp Nou empieza ya a ser insostenible. No le tragan ni sus propios compañeros que, según algunas versiones, tuvieron que separarle de Luis Enrique para que no se liara a tortas y según el diario Sport se intercambiaron insultos y amenazas en público. Leo Messi se irá del Barça como todos los cracks que han pasado por ahí. Mal.