Miguel Rico - El último partido de Laporta

El objetivo, sin embargo, no se ha transformado en perversa obsesión. El equipo asume que el del Valladolid es el encuentro decisivo, el último, pero al mismo tiempo entiende que sólo es un partido más que hay que ganar. Con tranquilidad, siendo fieles al estilo y resistiendo a la presión con la naturalidad, la perseverancia y la confianza de siempre.

Como el día del Sevilla, como el del Villarreal, el del Xerez y como tantas otras veces en las que la exigencia ha sido máxima. En realidad, desde agosto, siempre ha sido lo mismo. Desde el primer día el Barça se ha jugado la Liga en todas partes y mañana por fin puede revalidar el título.

Esa es la única diferencia. Por lo demás, el del Valladolid es otro partido que hay que superar y que el Barça quiere ganar más allá de lo que ese triunfo significaría.

Con 96 puntos y una plantilla más corta que la del año pasado, el campeón ya ha pulverizado todos los registros y está por delante del mejor y el más caro Madrid de la historia. Otro equipazo de lujo, al que el Barça ha sido capaz de vencer en el Camp Nou y en el Bernabéu, Por eso, por la espectacular temporada del equipo más que por estas dos victorias de prestigio, ahora mismo a uno se le ocurren un montón de razones para felicitar a este equipo, antes de que el desenlace de la Liga ponga la nota final de este curso sin duda inolvidable.

Y es que aun sabiendo que un borrón lo embadurnaría todo, hay que descubrirse ante el Barça y reconocerle todos los méritos que ha acumulado. Empezando por esos tres títulos que ya ha conquistado y que muchos pretenden ignorar, minimizar o discutir.

La única verdad es que el Barça es vigente campeón de la Supercopa de España, de la Supercopa de Europa y del Mundial de Clubs.

Y hay que felicitarle por eso que ha ganado, por lo que puede ganar y por cómo ha perdido los otros dos títulos en juego. Es cierto que cayó en Copa y en Champions, pero en ambas ocasiones lo hizo ganando. Sólo detalles que se escapan al trabajo diario y a la más pura lógica impidieron que el Barça fuera finalista en ambas competiciones... y a la vez que Joan Laporta, y acaso también Txiki Begiristain, pudieran despedirse ampliando un palmarés que hoy ya es apabullante.

Felicidades también para ellos, pase lo que pase mañana