Ante el interés del equipo blaugrana, el técnico portugués ha movido pieza personalmente para tratar de adelantarse por un jugador que podría incorporar para tratar de poner freno a la crisis del Chelsea. Mourinho, provocador como siempre, ni siquiera intentó esconderse. Se alojó en el Hotel Hilton, el mismo donde estaba la selección y la prensa españolas.
Mourinho, que de tonto no tiene ni un pelo, sabía perfectamente lo que quería. Su intención era que le vieran y que se supiera que estaba de ‘caza’. Parece que el portugués no se cansa de molestar. Tiene claro que si finalmente Yarmolenko se decide por el Barça, al menos, ayudará a que el club azulgrana tenga que pagar un precio mayor.