La versión oficial de la muerte de Karimov es que sufrió el fin de semana un derrame cerebral, aunque otras fuentes, como la agencia rusa Interfax, niegan la muerte y aseguran que el dictador sigue vivo, aunque su ultima aparición pública se remonte al 17 de agosto. Desde entonces no se le ha vuelto a ver. El Movimiento Popular de Uzbekistan, partido en la oposición de Karimov, afirma por su parte que el dictador habría fallecido como consecuencia de las celebraciones de los cuatro oros conquistados por los atletas uzbekos en los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro. Según esa versión, el dictador uzbeko bebió y comió mas de la cuenta, una afición que compartió con Joan Laporta, de quien en su momento se aseguró que mantuvo una relación sentimental con su hija, Gulnara Karimova, de quien habría recibido un pozo de petróleo en Uzbekistan, aunque este dato nunca pude ser confirmado. Karimova ha sido objeto de diversas acusaciones por diferentes operaciones opacas realizadas en el exterior de Uzbekistan.