La rabia y la impotencia le cegó. No supo, ni pudo ni quiso tampoco encajar que el Barça le había superado nuevamente en su feudo ante los miles de aficionados que soñaban, esta vez sí, con superar al conjunto azulgrana. Por eso se le cruzaron los cables a Pepe, que como ya es sabido por todo el mundo, canalizó en la mano de Messi todo su enfado.
Como castigo, no fue convocado para el partido frente al Athletic de Bilbao (e incluso es probable que Mourinho tampoco cuente con él para el partido de mañana), algo que también descolocó y mucho al central blanco. Tanto fue así que, tal y como afirma Carles Torras en su blog ‘En Campo contrario’, rompió a llorar al conocer la decisión del técnico.
Obviamente, la supuesta sobrecarga que sufría en el bíceps femoral no era sino una excusa para que no se especulara sobre el castigo interno que le habría aplicado el club, que además estaría barajando el apartarle durante un tiempo de los terrenos de juego con el fin de "preservar la estabilidad anímica" del defensa portugués.
Incluso se especula también con su salida en el mercado invernal, pues podría recalar en el Chelsea, equipo con el que el Madrid ya habría entablado serias conversaciones para realizar un trueque con el central brasileño David Luiz.