El primer motivo es que Mou le ha comunicado, un año más, que cuenta con él. El club tampoco le ha informado que vaya a prescindir de sus servicios.
Segundo, Ricardo quiere triunfar en Madrid porque es una espina que tiene clavada. Sabe que Florentino Pérez invirtió mucho dinero por tenerle cerca y Kaká es de ese tipo de personas que insiste hasta que las cosas le van bien y cumple las expectativas.
En temas de mercado, el precio que deberían abonar los equipos interesados para ficharle es muy elevado para los tiempos que corren y para el rendimiento que ha tenido el brasileño en los últimos dos años.
Además, el intermediario italiano Ernesto Bronzetti desveló que "Kaká cotiza impuestos al 24% en España gracias a la Ley Beckham, ya derogada", por lo que "si se marchara a un equipo extranjero como cedido y luego volviera, no podría acogerse a esa cotización, sino a la actual, del 44%". Esto significaría la ruina para el Real Madrid.
Este tiene que ser el año de Il Bambino d’Oro, el que nos lleve a conquistar Copa, Liga y Champions sin olvidar el primer título de la temporada: la Supercopa de España ante el FC Barcelona.