La junta de Joan Laporta no supo encontrar un patrocinador que pagara lo que vale la camiseta del FC Barcelona. Las negociaciones con Betandwin y el gobierno chino fracasaron y el presidente, incumpliendo otra promesa electoral, decidió vestir su fracaso renunciando a un sponsor de pago para apostar por la carta de la solidaridad a través de UNICEF. Durante todo su mandato el presidente involucró al club en misiones solidarias repartidas por América, África y Asia que le exigieron viajar constantemente capitalizando en su persona el espíritu benefactor del club y, también, le permitieron establecer interesantes contactos con personas influyentes de países exóticos a través de lo que él considera “marketing social del siglo XXI”. Laporta se reveló como un maestro sacándole brillo a su apellido con dinero ajeno. Y todo ello sin consultarle al socio si estaba conforme en convertir su club en una ONG ambulante preocupada por solucionar los males de la Humanidad mientras nadie movía un dedo por atender los problemas económicos o sociales que pudieran afectar a los propios dueños de la entidad. Laporta no necesitaba consultar nada con nadie. Él ya sabía lo que más le convenía al club. Por otra parte, tampoco se explicaron con detalle las cantidades exactas que se destinaron a cada una de las actividades. La opacidad estaba reñida con la transparencia prometida.
Patrocinador para el Instituto Guttman
El 3 de diciembre de 2004 La Vanguardia hacía un avance de lo que sería la política solidaria de la junta de Joan Laporta: "El Barça, el instituto Guttmann y la ONCE firmaron la renovación de un acuerdo de colaboración entre las tres instituciones en torno al equipo de baloncesto en silla de ruedas. El Barça se compromete a colaborar en la búsqueda de un patrocinador que aporte recursos para establecer las condiciones que permitan, en un futuro, que este equipo forme parte del club como una sección más". La búsqueda de un patrocinador nunca fue la especialidad de esta directiva. El patrocinador no apareció y el equipo de baloncesto de la Guttmann sólo sirvió para que tres años después fuera acusado por la web oficial del club de falta de compromiso en sus partidos. Nada parecido se leyó en el portal oficial de la entidad sobre los futbolistas del primer equipo en la época más negra del laportismo, la de la autocomplacencia.
Discapacitados en el Camp Nou
El 4 de diciembre de 2004 Silvia Pastor, de Barcelona, firmaba en La Vanguardia una carta preocupante: “Como hoy es el día internacional de las Personas con Discapacidad, la Federació Catalana d'Esports per a Disminuits Psíquics, APPS y Special Olympics, organizan la VII Marxa Special Olympics, coincidente con la Diada Blaugrana d'Esports i Discapacitat. Por esta razón, el FC Barcelona se suma a la conmemoración y ofreció localidades para el partido entre el FC Barcelona y el Málaga FC a los participantes de los actos de la Diada y de la Marxa. Para obtenerlas, cada participante debía reclamarlas a sus centros ocupacionales de inserción laboral para disminuidos psíquicos, según indicaba una carta recibida hace quince días. No hay ni que comentar la gran ilusión que produjo en estos chicos y chicas la noticia. Estaban esperando ansiosos la llegada del sábado para poder ver a sus ídolos del Camp Nou; y digo estaban porque, después de haber realizado cada uno de ellos las peticiones necesarias para conseguir su entrada, a sólo tres días del partido el FC Barcelona comunica que las entradas saldrán a la venta para el público en general. Al único de sus ídolos que van a poder ver es a Joan Laporta a las 12.30 h dando su discurso de bienvenida a la que se suponía una gran jornada. Señor Laporta, ¿es más valiosa la posible recaudación de un puñado de entradas que la ilusión de estos chicos y chicas? ¿Es ésta la manera de fer gent blaugrana? Me temo que no. Gracias, de todos modos, por la semana de ilusión que han pasado antes de saber que no podrían acudir y sentir una gran decepción”. La gestión del tema entradas no fue nunca la especialidad de esta junta, aunque sí se le suponía, al menos de boquilla, una sensibilidad especial hacia este tipo de temas. Lamentablemente, las preocupaciones de Laporta hacia las personas desfavorecidas eran de alcance internacional, y éste no era el caso.
El Barça, contra la mosca tsé-tsé
Explicaba Conchita Roura en Mundo Deportivo el 21 de junio de 2005: “El SIDA es un problema grave en Camerún y Joan Laporta se comprometió a prestar ayuda: “Me comprometo personalmente a hacerles llegar material didáctico y apoyo infraestructural”. Y añadía la información: “El Barça podría luchar contra la mosca tsé-tsé. El Barça también ha entrado con fuerza en la sociedad africana porque está dispuesto a apoyar causas humanitarias. No sólo está el proyecto de ayuda contra la proliferación del SIDA en Camerún, sino que también hay una propuesta para subvencionar un proyecto destinado a combatir la enfermedad del sueño, transmitida por la mosca tsé-tsé. Un médico de Badalona que lleva un cuarto de siglo combatiendo esta enfermedad se lo ha propuesto a Joan Laporta en Yaoundé y ahora la Fundación del FC Barcelona analizará esta propuesta”. ¿Qué habrá sido de la contribución del Barça a la lucha contra la mosca tsé-tsé? ¿Habrán podido con ella? Parece ser que no.
Visita a Mandela
El 20 de junio de 2006 Nelson Mandela respondía afirmativamente a la petición de audiencia cursada por el FC Barcelona. El líder anti-apartheid recibió a aquellos jugadores en gira por Sudáfrica que voluntariamente quisieron acudir a la cita para saludarle: Iniesta, Thuram, Belletti, Gio y Oleguer. Ni Eto´o, ni Ronaldinho ni Rijkaard consideraron interesante dedicar unos minutos de su tiempo libre a conocer a un personaje clave en la historia del siglo XX.
Hasta Lluís Mascaró se vio obligado a poner el grito en el cielo ante tal manifestación de pasotismo y nulo compromiso de los jugadores con el que se autodenominaba más que un club, que era, además, el que muy generosamente les pagaba: “Mandela no se merecía este trato. Cualquier persona con un mínimo de conciencia social e interés histórico no desaprovecharía la oportunidad de conocer en una reunión privada al que fuera gran líder del Congreso Nacional Africano. Pero se ve que a la mayoría de los futbolistas del Barça no les interesa la figura de Mandela, por no decir que algunos de ellos no deben saber quién es.
Cuando un club presume con orgullo de haber firmado un acuerdo global con UNICEF, cuando se tiene el objetivo de convertir al Barça en un referente universal, cuando un presidente como Laporta acaba de exigir mayor compromiso a sus jugadores, lo que no puede permitirse de ninguna de las maneras es que a un encuentro oficial con Mandela en Johannesburgo sólo asistan cinco componentes de la plantilla. Si este es el ejemplo del rigor y la mano dura que se va a imponer a partir de ahora, vamos apañados. No hay excusa posible”.
“Vergonzosa visita a Mandela”, sostenía Santi Nolla en Mundo Deportivo. “El club no obligó a los jugadores a ir al encuentro protocolario con el máximo representante de los valores 'anti-apartheid. El Barça, por una parte, está intentando vender el 'més que un club' en el mundo y, por otra, no es capaz de enviar a todo el planeta una foto de Ronaldinho, o Eto'o con Mandela.
Oleguer, Thuram, Iniesta, Belletti y Gio fueron los jugadores voluntarios que quisieron ir. ¡Bravo por ellos! Cuando nos vendan valores o acciones solidarias nos los creeremos. Nos costará más hacerlo con otros cracks que no quisieron ir.
En primer lugar, Rijkaard. El entrenador del FC Barcelona no acudió a la cita con Mandela, aunque luce habitualmente en sus americanas mensajes de solidaridad. Tampoco estuvo Ronaldinho, perdiendo una ocasión magnífica para impulsar también sus causas benéficas. Y Eto'o, que en Zaragoza reclamaba solidaridad contra el racismo, tampoco estuvo junto a Nelson Mandela, auténtico luchador de esa causa justa. Ninguno de los capitanes acudió.
Albert Perrín, máximo representante del club en Suráfrica, le entregó una camiseta e intercambió alguna palabra a través de un traductor. El reflejo de lo que ha sido toda la temporada volvió a verse ayer en Suráfrica, con una vergonzosa visita a Mandela, un símbolo de la libertad y la igualdad en el mundo. Pero lo más chocante es que eso se produce un día después de anunciar medidas correctoras y mejorar los controles y comunicación con la plantilla para que nada se escape.
El FC Barcelona debería, además de imponer códigos disciplinarios, revisar y mejorar la representación del club. Eso no es tan mediático, pero es absolutamente necesario. En esta temporada no sólo han fallado los jugadores. Nadie puede estar orgulloso de la visita de ayer a Mandela o de que el propio presidente no acudiera en su día al entierro de un mito barcelonista como Marià Gonzalvo. Hay más cosas que deberían mejorar. Seguramente están en ello”.
Mundo Deportivo denunciaba con la firma de Oriol Doménech, su enviado especial, que “Nelson Mandela merecía mucho más. Por un día el Barça no fue más que un club y no estuvo a la altura del acto (…) El símbolo de la libertad y la igualdad y la personalidad tal vez más respetada, admirada y querida en todo el mundo merecía más que la presencia de un directivo, Albert Perrín, el único que se desplazó a Suráfrica, dos miembros de la Comisión Social, Jacint Borràs y Agustí Benedito, Txiki Begiristain, Eusebio Sacristán y sólo cinco jugadores de la plantilla. El club argumentó que debido a la distancia entre el hotel de concentración y la Fundación de Mandela (40 minutos en autocar) no podía obligar a los jugadores a acudir al acto y por ese motivo la presencia era voluntaria”. Para desplazarse a visitar las Pirámides en autocar se apuntaron todos en bloque unas semanas antes.
Y Laporta, autocomplacido
El 21 de junio de 2007, el presidente más solidario, generoso y benéfico del mundo mundial justificaba así la afrenta a Nelson Mandela: ''El acto no formaba parte del programa oficial''. Y asunto resuelto. "Había dudas de si el acto con el señor Mandela iba a celebrarse o no, porque se trata de un hombre mayor (está a punto de cumplir 89 años) al que no le gustan las recepciones multitudinarias. Por eso, cuando finalmente se confirmó que se haría, decidimos que fueran los jugadores que quisieran ir". Es decir, que el FC Barcelona le hizo un favor a Mandela, a quien “no le gustan las recepciones multitudinarias”, reduciéndole a la mínima expresión el número de visitantes. Conclusión, la respuesta del club a la audiencia de Mandela fue, según Laporta, “correcta”, porque los 5 jugadores y Perrín “representaron muy bien al club”. Y luego pretendería mantener intacta su credibilidad cuando se tratara de vender al mundo su imagen solidaria. ¿Por qué el resto de mortales tenía que dar crédito a las buenas intenciones de una directiva que era capaz de despreciar a una figura mundial relevante, premio Nobel de la Paz, como Nelson Mandela? Con actuaciones como ésta costaba cada vez más creer en los nobles objetivos de aquella junta, por muchos contratos que firmara con UNICEF y otras entidades de carácter solidario. No hay que olvidar que una de las normas del código interno obligaba a los jugadores a acudir a actos en los que el club se posicionara como referente mundial en causas humanitarias. Eso no ocurrió en Sudáfrica, y Laporta, lejos de imponer el principio de autoridad, optó por refugiarse en la autocomplacencia una vez más y justificar a sus consentidos futbolistas, técnicos y directivos. En ese momento se estaba iniciando una nueva película: “El desastre de la autocomplacencia II”. Tampoco le sobraba al presidente fuerza moral para exigir nada a los jugadores. Él fue el primero que se borró del viaje agarrándose a su apretadísima agenda. El que le iba a dedicar al club los mejores años de su vida hacía un paréntesis en sus buenos propósitos y por una vez, y sin que sirviera de precedente, renunciaba a coger el avión y a ejercer de presidente del Barça en un acto muchísimo más relevante para la imagen del club que buena parte de sus fariseas empresas solidarias más interesadas en la lágrima fácil que en solucionar los problemas de la gente necesitada. Por lo visto, la foto de Laporta con Mandela se cotizaba peor que la de la ONU o la de Wall Street. Por tanto, no valía la pena perder el tiempo con el anciano premio Nobel.
El aparato de propaganda se pone en marcha
Un confidencial de Sport del 4 de julio de 2007 trataba de poner luz a la injustificable ausencia de las estrellas del club en la recepción de Mandela. ¡Tenían coartada! “La ausencia de los cracks a la recepción de Mandela estaba justificada –sostenía Sport-. Los jugadores del Barça y sus directivos recibieron, con merecimiento, no pocos palos por la pésima imagen ofrecida en la raquítica visita a Nelson Mandela. Ahora, semanas después, hemos sabido que algunos de los ausentes tenían ‘coartada’. Por ejemplo, Rijkaard, Ronaldinho y Eto’o no pudieron ir porque debían grabar unas entrevistas para la tele del club”. Parece un chiste, una broma de mal gusto, pero esa información salió publicada. La tele del más que un club solidario impidió que sus figuras acudiesen a la recepción de Mandela. ¿También tenían una entrevista concertada con Barça TV Laporta y sus vicepresidentes? El aparato propagandístico no descansaba. Había tanto material para manipular e intoxicar que no era posible tomarse un descanso en la búsqueda de excusas baratas y ofensivas para la inteligencia ajena. Ante explicaciones tragicómicas como ésta, no quedaba más remedio que desempolvar la vieja frase de Quique Guasch: “Al socio no se le puede engañar…más”.
El presidente se dirige al mundo desde la ONU
El juez desbarató sus planes. En verano de 2006 Laporta tenía previsto dirigir al mundo un mensaje institucional desde la sede central de la ONU, en Nueva York, para extender por todo el planeta su maravilloso discurso, pero tuvo que aplazar su sueño para dedicarse a cumplir el expediente de unas elecciones planteadas a su medida. De eso se encargó el amigo Sala i Martín, que para algo están los amigos y los favores se deben cobrar.
La reelección llegó sin necesidad de derramar una gota de sudor y el 6 de septiembre de 2006 Laporta alcanzaba al fin su objetivo de gloria mediática en la sede de la ONU acaparando en su persona la generosidad de los propietarios del club. Allí acudiría el presidente a donar un dinero que no era suyo, aunque lo pareciera. En su discurso triunfal decía: ”por los valores de civismo, solidaridad y democracia que el Barça proyecta, nos hemos comprometido con UNICEF. Contribuiremos a programas globales de UNICEF en beneficio de los niños que sufren y de los que viven en situaciones de abuso y explotación”. Se llenaba la boca con la palabra democracia quien hasta hacía apenas unas semanas había estado luchando, sin éxito, por conseguir que un gobierno tan poco democrático como el chino se aviniera a soltar la pasta para patrocinar la camiseta del primer equipo. Este Barça de los bandazos tan pronto se casaba con un gobierno que firmaba mil ejecuciones al año y que llevaba a prisión a los periodistas que no escribían al dictado, como se iba al extremo más alejado, el de UNICEF. Tan pronto apostaba por una Catalunya independiente como justificaba y bendecía la relación que un directivo, además cuñado, pudiera tener con la Fundación Francisco Franco, entre cuyos objetivos no se encuentra precisamente el de favorecer el independentismo catalán ni desarrollar valores como el civismo, la solidaridad y la democracia.
Loable objetivo el de ayudar a los niños que sufren en el mundo, pero uno se pregunta si hacía falta recorrer miles de kilómetros para encontrar a niños que sufran y sean dignos de la ayuda del club.
Pudo obtener más dinero para los niños necesitados
Y anunciaba Laporta en su discurso desde la sede de la ONU: “A partir del próximo martes nuestro primer equipo de fútbol, por primera vez en sus casi 107 años de historia, lucirá un emblema en su camiseta, el logotipo de Unicef, y lo ofrecemos a los niños que son nuestro presente, pero sobre todo son nuestro futuro. Estamos muy orgullosos con el acuerdo que hemos firmado con Unicef y agradecidos por la oportunidad que esta iniciativa global supondrá en beneficio de la infancia. Juntos podemos hacer mucho para mejorar la vida de todos los niños y niñas del mundo. Señoras y señores, en nombre de la familia del FC Barcelona, gracias a todos". Si el sufrimiento de los niños preocupaba tanto a Laporta, hubiera resultado más productivo aprobar la asignatura pendiente de ese sponsor no encontrado que fuera capaz de aportarle al club cantidades del nivel de las que percibían el Real Madrid, el Bayern Munich, el Manchester United o el Milan. Pero de eso no hablaba Soriano. El equipo campeón de Europa, con las figuras más rutilantes del momento, no era capaz de encontrar un sponsor dispuesto a pagar lo que realmente valía la camiseta del Barça. Puestos a practicar la caridad con los “niños que viven en situación de abuso y explotación”, más ayuda se puede prestar con los 25 millones que debería pagar un sponsor de verdad que con el simbólico 0,7% del presupuesto que da para bien poco, aunque sea suficiente para lograr que se le abran al presidente las puertas de la ONU, que es de lo que se trataba.
Caridad bien lejos de casa
El 8 de septiembre de 2006 el Barça inauguraba en Puebla su quinta escuela de fútbol mexicana, tras las de Monterrey, San Luís de Potosí, Guadalajara y México DF. Estaba previsto que en 2007 se inauguraran tres más en Parque Mundet, Querétaro y Cancún. Sport informaba de que “FCB Escola se extenderá a Centroamérica. De momento ya se tienen firmados a seis países: Costa Rica, Guatemala, El Salvador y Honduras”. La política imperialista de Laporta no entendía de fronteras. Se trataba de que en sus dominios no se pusiera el sol. Al presidente barcelonista siempre le preocuparon más las lágrimas del niño japonés compungido por una derrota del Barça que las de millones de niños catalanes y españoles. La diferencia estaba en el rédito mediático.
Fundación Ronaldinho
El 24 de diciembre de 2006 Sport informaba que “Ronaldinho presentará su fundación en Brasil, con la presencia de Marta Segú. Se trata de una ambiciosa iniciativa social que atenderá a 3.500 niños en situación de riesgo de exclusión social”. Marta Segú, la prima hermana del presidente, también estuvo en la presentación de la fundación de Edmilson en Taquaritinga, que según Sport contaba igualmente con el apoyo económico del Barça. Las malas lenguas sostenían que, más que apoyar las causas solidarias de los futbolistas, lo que hacía el club era ingresar parte de sus nóminas directamente en sus fundaciones para beneficiarles así con una menor carga fiscal.
¿Quién se beneficia de UNICEF?
Domènec García se planteaba en e-noticies.com una serie de cuestiones sobre la apuesta de Laporta por UNICEF: “¿Quién saldrá beneficiado, además del Barça, de esta imagen que se proyectará a partir de ahora? Los socios del Barça, seguro que no, porque ni en la presentación en Nueva York el pasado mes de agosto, ni en ningún otro momento, nadie se acordó de ellos como los propietarios del club que son.
Se ha optado por este camino sin dar ninguna explicación clara y convincente a la opinión pública y los socios, sin ofrecer ninguna conferencia de prensa como es debido, con las dos partes como protagonistas, y sin que el mismo Laporta nos explique el arrebato benefactor que le iluminó y le ha impulsado a dar este paso.
Por todo ello, pensamos que detrás de todo este loable proyecto hay algo más que se ha escondido y que alguien recibirá algún beneficio personal... a costa del Barça. Es muy extraño que en un par de meses se pase de viajar a China y medio mundo a poner el platillo a multinacionales poco o nada sensibles con los colores azul y grana a regalar millón y medio de euros al año a la multinacional de la beneficencia con más imbricaciones políticas que existe. En todo caso, hasta llegar a este punto, no hace falta empezar la casa por el tejado, porque en nuestro país hay muchas personas que necesitan ayuda. Una ayuda que sale del dinero de los socios, que no han sido consultados en ningún momento. Las obras benéficas hacen más grande a quien las practica desde la modestia y no desde la ostentación. Cuando se hacen para sacar pecho, y quién sabe si algo más que en un futuro dabremos, se desvirtúan y pierdern el valor".
MAÑANA, PRÓXIMO CAPÍTULO
Solidaridad com dinero ajeno (II)
Solidaridad selectiva / Solidaridad de los jugadores / El Barça más generoso / Nadie consulta al socio / Solidaridad+ Marketing= Barça / Jugadores “¿generosos?” / La atención desmedida hacia el niño japonés / Solidaridad de pago / Shakira pide ayuda / Nuevo proyecto en Argentina / El Barça en China / Jan, un abanderado de la solidaridad
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