"Antes de nada, felicitar al Madrid por el título". Así comenzaba su exposición el entrenador culé en la sala de prensa del Bernabéu. Sus siguientes reflexiones no iban a ir por los mismos derroteros: "Aunque el balón no corría, el césped estaba bastante seco". En su primera respuesta ya empezaba a ponerle vendas a la derrota.
Vilanova restó importancia a la primera parte realizada por los suyos, que fueron completamente arrasados por un Madrid que supo apretarles arriba y hacerles perder más balones que nunca. Pero Tito no lo vio así. Prefirió achacarlo todo a la fortuna: "No era que el Madrid jugase mejor que nosotros, pero ellos tienen la capacidad para generar una ocasión de la nada". Parece que cuando el Barça gana, es por mérito suyo y cuando pierde, sólo es por suerte o por deméritos de los azulgrana, nunca porque el Madrid lo haga mejor.
El entrenador azulgrana no se quedó ahí: "Al inicio ellos nos esperaron. Antes de encajar el primero ellos tuvieron una ocasión por la misma circunstancia: Nos metieron un balón a la espalda y Valdés la sacó. Nos regalaron el balón, iban a pelotazos y nunca combinaron".
Parece que Tito no se fijó en las estadísticas de posesión, que señalaron unos porcentajes igualados o superiores para el Madrid a lo largo del primer tiempo. Tampoco debió estar muy atento a la primera media hora de partido, en la que, lejos de esperar, el equipo blanco adelantó la línea defensiva hasta casi el centro del campo y apenas sufrió atrás. Parece que el nuevo entrenador culé tiene bastante mal perder.