Gerard Piqué tiene la piel muy fina... cuando le interesa. Parece ser que le molestaron cuatro gritos que oyó en el Bernabéu y pide a la Liga de Fútbol Profesional mano dura contra las insultos, poniendo como ejemplo a la NBA.
Lo que calla Piqué son los insultos del Camp Nou. Al Real Madrid, por ejemplo, en el último partido que disputó el Barça allí ante el Celta se oyó a coro aquello de "madridistas, hijos de p...", sin venir a cuento. Eso para Piqué es una anécdota y, por supuesto, libertad de expresión. Tampoco explica Piqué lo que habría que hacer con él cuando insulta gravemente a los árbitros a la cara... y nadie se atreve a expulsarle. Ayer mismo lo vimos en Anoeta.
Como tampoco nadie se atreve a expulsar a Luis Suárez a pesar de que partido tras partido existen pruebas audiovisuales de los insultos, amenazas y menosprecios que suelta a rivales y árbitros sin que nadie decida imitar a la NBA, como propone Piqué, para preserver la deportividad en los campos. No debe recordar Piqué cuando Messi le soltó a la cara a un árbitro aquello de "la concha de tu madre" o cuando Busquets llamó "mono" a Marcelo o cuando Jordi Alba amenazó a un periodista que cubría la información de la selección española con "arrancarle la cabeza".
De eso, al parecer, no habla Piqué, que sólo se acuerda de Santa Bárbara cuando truena... y le interesa.
Las redes sociales le han recordado al central del Barça que cuando se escupe hacia el cielo, luego te cae en la cara. Eso es lo que le ha ocurrido a él. Ha querido hacerse el buen chico, el del fair play, y no es nadie para tirar la primera piedra en un tema al que el Barça le conviene más taparse y que nada cambie que ponerse a hacer ruido... El principal perjudicado sería el Barcelona.
pic.twitter.com/xUs0J1t5ii — Pimentón Murcianista (@PimentonRMU) 14 de enero de 2018
Leo would be in big trouble lol pic.twitter.com/DtLVaUxD8c — beej