El Barça acude al asalto de Stamford Bridge con un Chelsea en crisis pendiente de cambio de entrenador y de las fugas de Hazard y Courtois al Real Madrid.
El duelo en la cumbre que el próximo martes 20 de febrero disputarán en Stamford Bridge el Chelsea y el FC Barcelona, correspondiente a la ida de los octavos de final de la Champions League, empieza a vivirse con intensidad en ambos bandos. Para el Chelsea, la eliminatoria adquiere tintes dramáticos por su necesidad de superarla para salvar la temporada de forma digna y seguir vivo en Europa. Para el Barça, con la Liga en el bolsillo y a 90 minutos de lograr el doblete venciendo en la final de Copa al Sevilla, dejar KO al Chelsea supondría un paso al frente muy importante en su objetivo de conquistar el triplete que ya antes le dieron al club Pep Guardiola y Luis Enrique.
Se trata de uno de los mejores partidos que pueden verse hoy en día en Europa, no en vano se mide el actual campeón de la Premier League ante el líder indiscutible de la Liga española, que según casas de apuestas como Bwin, es el gran favorito para conquistar la presente edición de la Champions League por detrás del Manchester City de Pep Guardiola.
Precisamente Luis Enrique es el hombre de moda en Stamford Bridge en los últimos días. Su fichaje por el Chelsea está cantado. Abramovic intentó convencerle para que se sentara en el banquillo contra su exequipo, el FC Barcelona, pero el técnico asturiano no está dispuesto a interrumpir su año sabático, y menos volver al trabajo de manera precipitada y precisamente ante "su" Barça. Además, quiere aterrizar en Londres con su equipo técnico de confianza y para ello necesita rescatar a su segundo Juan Carlos Unzué, ahora al frente del Celta de Vigo. La cuestión es que, sabiendo que Antonio Conte no va a continuar, el ambiente en el vestuario y el entorno del Chelsea está muy enrarecido.
Pocos podían imaginar la temporada pasada, cuando el Chelsea arrasó en la Premier League, que el entonces idolatrado Antonio Conte estaría a punto de recibir la patada a estas alturas de la temporada. La cuestión es que el Chelsea, que cambió este verano a Diego Costa por Morata, ha perdido fuelle y no sólo no resiste el paso firme del Manchester City de Pep Guardiola, que ya está a 19 puntos, sino que, situado en la cuarta posición, se ve seriamente amenazado, a un punto, por el Tottenham, que aspira también a la última plaza que da acceso a jugar la Champions League la próxima temporada.
El equipo blue ha recibido un balón de oxígeno tras el 3-0 endosado al Wet Bromwich Albion, con doblete de su estrella Eden Hazard, que al término del partido se mostraba entusiasmado de cara al encuentro ante el Barça: "Hemos respondido y lo hemos hecho delante de nuestros seguidores. Siempre es bueno jugar un partido así. Ahora nos enfrentamos al Hull y al Barça. Estamos preparados. No es fácil perder dos partidos, pero ahora hemos vuelto. Somos el Chelsea, los campeones, y tenemos que darlo todo". Hazard es el mismo que en una reciente entrevista admitía las dificultades que representa enfrentarse a un rival como el Barcelona que "tiene a un tipo que no es de este mundo", refiriéndose a Leo Messi.
Con 27 partidos jugados en la Premier League, el Chelsea ha sumado 53 puntos, con 16 victorias, 5 empates y 6 derrotas. 49 goles a favor y 23 en contra. Unos registros que no admiten la comparación con el FC Barcelona, que domina con autoridad la Liga española, con 7 puntos de ventaja sobre el Atlético, 16 sobre el Valencia y 17 sobre el Real Madrid. El Barça ha jugado cuatro partidos menos que el Chelsea en la Premier y suma 2 victorias más, los mismos empates y seis derrotas menos (el equipo de Valverde aún no ha perdido en Liga), además ha conseguido en esos cuatro partidos menos jugados 11 goles más y ha encajado 12 goles menos. En el terreno de las estadísticas, el Barça barre al Chelsea.
Los dos equipos llegan a los octavos de final de la Champions League después de haber superado una fase de grupos en la que el Barça encabezó la clasificación del suyo sin conocer la derrota y superando a la Juventus, Sporting de Lisboa y Olympiakos. El Chelsea, en cambio, cedió una derrota y debió conformarse con la segunda plaza dejando fuera de competición al Atlético de Madrid y al Qarabag.
A pesar de que todas las estadísticas le son ampliamente favorables al Barça, una sombra cubre el Camp Nou tras los dos tropiezos cosechados por el equipo de Valverde en las dos últimas jornadas (empate en Cornellà y empate en casa ante el Getafe) y en Chelsea ven un rayo de esperanza ante la posibilidad de sorprender al Barça en pleno bache de juego. Valverde, sin embargo, no está preocupado y está convencido de que esta semana será muy productiva para el equipo dado que sin partido intersemanal, la plantilla ha podido gozar de dos días de descanso para recuperar fuerzas poner en marcha lo que se ha llamado "Plan Chelsea" y remontar el vuelo en la próxima jornada, en Eibar, antes de desplazarse a Londres para medirse con el Chelsea.
Si el Barça se ha paseado por España y Europa sin Dembélé, Coutinho y Yerry Mina (estos dos últimos llegados en el mercado de invierno), el técnico azulgrana espera con estos tres refuerzos de primer nivel afrontar con garantías los 100 días y 17 partidos que le restan para saldar la temporada con un triplete. El Atlético le ha restado cuatro puntos en la clasificación en las dos últimas jornadas. Además, para el partido de Londres Valverde podrá recuperar a los lesionados Gerard Piqué y Thomas Vermaelen.
Pero el Chelsea no está mejor. El equipo blue suma dos victorias en los últimos dos partidos, y la última se produjo con un contundente 3-0 ante el West Bromwich, partido en el que Antonio Conte recuperó al lesionado Álvaro Morata, que podrá estar el martes sobre el césped de Stamford Bridge para medirse al Barça.
Para otros tres jugadores de este Chelsea españolizado el duelo con el Barça será muy especial. Sobre todo para Pedro Rodríguez, un jugador que caló hondo entre la afición barcelonista porque fue protagonista de una época gloriosa en la que el Barça lo ganó todo. También para Cesc Fàbregas, formado en las categorías inferiores del Barça y con una segunda experiencia poco afortunada en el Camp Nou, tras su fuga al Arsenal. Para los tres será un partido importante. Y de la misma forma Marcos Alonso, el lateral izquierdo del Chelsea, no quedará indiferente al enfrentarse por primera cvez al Barça, el equipo en el que su padre escribió páginas brillantes como extremo izquierdo en la década de los ochenta.
El FC Barcelona acudirá a Londres con la intención de ver puerta. Es muy importante anotar fuera de casa y especialmente ante un Chelsea que a lo largo de la temporada ha dado muestras más que sobradas de no saber remontar partidos que se le ponen cuesta arriba. Está abierta todavía la herida del último duelo entre ambos, aquella semifinal de la Champions League 2011-12 de la que el ex barcelonista Alexis Sánchez ha recordado recientemente que "ese día vi llorar a Messi en el vestuario". El Barça perdió en la ida por 1-0 y en la vuelta le dio la vuelta a la eliminatoria con un 2-0 y la ventaja de la expulsión de John Terry. Messi tuvo la oportunidad de liquidar la eliminatoria con un penalti que dio en el poste, y el Chelsea logró empatar y clasificarse para la final que acabaría ganando. Para Leo Messi este nuevo enfrentamiento con el Chelsea tiene mucho de revancha para una de las noches más negras de su carrera deportiva.
Chelsea y Barça afrontarán el choque son sentimientos encontrados. Mientras los ingleses viven un ambiente enrarecido alrededor de su entrenador Antonio Conte, del que ya se conoce la identidad de su sustituto, y mientras las estrellas Courtois y Hazard están más pendientes de su fichaje por el Real Madrid que de cómo acabará la presente temporada, el Barça llega con el aval de sus resultados hasta ahora y con la confianza de mantener su imbatibilidad europea en terreno inglés.
Y para ello confía en el poderío goleador de su tándem diabólico formado por Leo Messi y Luis Suárez. Esta temporada Messi ha logrado 27 goles en 34 partidos y Luis Suárez 19 en 31 partidos. Sus oponentes blues, Alvaro Morata (12 goles en 31 partidos) y Eden Hazard (13 goles en 35 partidos) se quedan a 21 goles de distancia, lo que da una idea del diferente acierto rematador de unos y otros. Leo Messi, en un estado de forma excepcional y lanzado hacia el Balón de Oro, es la mejor garantía con la que cuenta el Barça para sacar adelante la eliminatoria.
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