¿Por qué ha ganado el Real Madrid el clásico?

Si Zidane es el culpable de la derrota, hoy ha sido la gran estrella en el triunfo del Real Madrid en el clásico.

El Real Madrid ha salvado el match point del Camp Nou, en donde estaba en juego la cabeza de Zinedine Zidane tras las dos derrotas consecutivas ante el Cádiz y el Shakthar Donetsk. El técnico francés se ha desquitado de todas las críticas con un partido planteado de forma memorable.

Si Zidane quiso para él toda la responsabilidad por las derrotas anteriores, justo es reconocerle su participación decisiva en el triunfo en el Camp Nou. Zidane le ha ganado la partida a Koeman de principio a fin. No ha sido un clásico de individualidades, de brillos particulares. No ha habido estrellas. La gran estrella ha estado en el banquillo del Real Madrid, que ha sabido neutralizar a Messi desde el principio consiguiendo desquiciarle.

Y ya se sabe que si Messi no carbura, el Barça no funciona. El equipo blanco ha hecho su partido y el Barça ha ido a remolque en todo momento. Desde el minuto 4, cuando Fede Valverde ha abierto el marcador, hasta el 89, cuando Modric lo ha cerrado con un gol impresionante.

El planteamiento de Zidane destroza al Barça

Sergio Ramos ha sido vital. Tanto atrás como delante. Ha liderado una defensa que ha contenido bien a Messi y a Ansu Fati. Los demás apenas han creado peligro, salvo las internadas de Jordi Alba por la banda. Ramos ha aportado aplomo a la zaga y se ha sumado al ataque con mucho peligro. Le han hecho dos penaltis subiendo a rematar los córners, pero sólo le han señalado uno. Y aún tuvo arrestos para disponer de una clara ocasión que no entró porque a Neto se le apareció la virgen.

El centro del campo ha funcionado a las mil maravillas, con un Casemiro brillante destruyendo y Kroos y Fede Valverde construyendo. La movilidad de Benzema ha generado espacios que Asensio y Vinicius, poco acertado hoy, no han sabido aprovechar.

Pero el Real Madrid ha sido un rodillo que ha aplastado al Barça primero a los puntos y luego por KO. Los blancos han jugado ordenados y con mucha disciplina táctica. Esa ha sido la clave del partido, no perderle nunca la cara al choque. Y han desesperado a un Barça que se estrellaba una y otra vez contra la tela de araña montada por Zidane. 

Al César lo que es del César y a Zidane lo que es de Zidane. ¡Y lo querían echar!

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